Francisco se convirtió en el primer Papa que visita a la comunidad anglicana de Roma. Pero, ¿de qué sirve un diálogo entre dos Iglesias, que mantienen sus diferencias doctrinales y disciplinares?
La historia de una separación. Han pasado más de 450 años de la fractura de la Iglesia Católica en Inglaterra, que sucedió cuando el rey Henrique VIII rompió con Roma, porque deseaba que fuera aceptado su divorcio y sus nuevas nupcias.
Desde entonces existe la Iglesia Católica Anglicana (=de los ingleses), que no está en comunión con la Iglesia Católica Romana. Después de siglos en los que hubo duras persecuciones y rechazo a los católicos romanos, hace 50 años se inició un diálogo fraterno entre ambas Iglesias.
Los pasos del diálogo ecuménico. Por ecumenismo se entiende la búsqueda de unión entre las diferentes comunidades cristianas que no están plena comunión entre sí. El diálogo católico-anglicano se inició en 1966 con el encuentro entre el Papa Pablo VI y el Arzobispo de Canterbury de esa época Michael Ramsey.
Además, como señal de fraternidad entre ambas Iglesias, San Juan Pablo II visitó a la catedral anglicana de Canterbury, en Londres, en mayo de 1982; y Benedicto XVI estuvo en la Abadía londinense de Westminster en 2010. Ahora Francisco se convirtió en el primer Pontífice que visitó una Iglesia Anglicana de Roma, el pasado 26 de febrero. (News.va, 25 feb. 2017)
Dialogar a pesar de las diferencias. Con motivo de los 50 años del inicio del diálogo ecuménico entre ambas denominaciones religiosas, el Obispo de Roma y el Arzobispo de Canterbury, Justin Welby, firmaron un acuerdo histórico.
En el documento, los líderes manifestaron que “se han cumplido grandes avances en muchos aspectos que separaban” a ambas Iglesias. Y, a la vez, la declaración reconocía que “nuevas circunstancias han provocado nuevos desacuerdos entre nosotros, particularmente las referentes a la ordenación de mujeres y otras recientes cuestiones relativas a la sexualidad humana”.
A pesar de esas diferencias, ambos jerarcas sostuvieron el compromiso y el deber de “estar unidos en la causa común de apoyar y defender la dignidad de todos los hombres”, a pesar las “divergencias” existentes, animados por el deseo de alejar los nubarrones oscuros “de las controversias” y “resolver los conflictos y traer la paz”. (News.va, 25 feb. 2017)
Un histórico cambio de enfoque. Durante su visita al templo anglicano de “All Saints”, Francisco enfatizó la mejoría en la relación de ambas confesiones. Dijo que “muchas cosas han cambiado entre católicos y anglicanos que antaño se miraban con recelos y hostilidad. Hoy, gracias a Dios, nos reconocemos por lo que somos realmente: hermanos y hermanas en Cristo”.
Se trata de un importante cambio de perspectiva. Se pasa del enfoque de “herejes” y “enemigos” a la mutua consideración como “hermanos”. Por eso, añadió Francisco ahora “el deseo de una mayor cercanía entre cristianos es más fuerte, como lo demuestra el hecho de rezar juntos”. Añadió que “a veces el progreso en el camino de una plena comunión puede parecer lento e inseguro, pero hoy nos podemos sentir alentados por nuestro encuentro”. (AFP, 26 feb. 2017)
Esta visita del Papa nos muestra que el diálogo entre católicos y anglicanos tiene mucho sentido. Nos enseña que reconocer las diferencias, lejos de fomentar la enemistad, permite que nos podamos tratar como hermanos y trabajar juntos por la paz. Se trata de un suceso histórico que rompe con el paradigma de que las religiones provocan la guerra y la división.
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