En plena crisis diplomática de Estados Unidos por la amenazas de construir un muro en la frontera mexicana, el Papa exhorta a quitar los muros que nos dividen. ¿Francisco está interfiriendo en un asunto político de EUA? ¿Por qué el Papa puede pedir que no se construya el muro?
1. El verdadero tema de discusión. Se presta para confusiones que el Pontífice de la Iglesia católica hable sobre el muro de Trump, porque resultaría muy delicado que un líder religioso le indicara a una nación soberana qué debe hacer con sus fronteras. Pero Francisco no está haciendo eso.
Las declaraciones del Papa no versan sobre el derecho de Estados Unidos a proteger sus fronteras. Más bien, el problema se enfoca en el derecho de los migrantes a conseguir mejores oportunidades de vida, las cuales no pueden conseguir en su tierra natal.
De hecho, en una entrevista concedida al periódico español El País, el mismo día en que Trump juraba su cargo, Francisco afirmó que “cada país tiene derecho a controlar sus fronteras, quién entra y quién sale, y los países que están en peligro –de terrorismo o cosas por el estilo-- tienen más derecho a controlarlas más”. Pero advirtió que “ningún país tiene derecho a privar a sus ciudadanos del diálogo con sus vecinos”.
2. El derecho a buscar una vida digna. Pedir a un país que abra sus fronteras para ayudar a los migrantes, no es una injerencia religiosa en la política de una nación. Se trata más bien de la petición de que se viva un principio de ética social, llamado “destino universal de los bienes”.
Este principio se enuncia así: “Dios ha destinado la tierra y cuanto ella contiene para uso de todos los hombres y pueblos. En consecuencia, los bienes creados deben llegar a todos en forma equitativa” (Compendio DSI, 171).
Esto significa que todos los seres humanos tienen el derecho de acceder a los recursos y bienes para poder trabajar y vivir dignamente. Quienes viven en zonas marginadas o pobres, por tanto, tienen el derecho a desplazarse –e incluso cruzar fronteras– para buscar una situación mejor. Así, este principio justifica y defiende la migración.
3. Por qué Francisco pide quitar muros. El Papa ha hablado de los muros fronterizos en bastantes ocasiones. En una conferencia de prensa, al concluir su viaje apostólico a México (2016) advirtió que no es cristiano hablar de poner muros, y esto se entiende porque viola el principio del destino universal de los bienes.
Durante el Jubileo de la Misericordia, el Pontífice señaló que quizá “levantar muros haga más ruido que la callada acción de quienes ayudan y asisten a los emigrantes y refugiados”, pero explicó que “cerrarse no es la solución”, ya que un muro “sólo favorece los tráficos criminales”; en cambio “la única respuesta es la de la solidaridad”. (Discurso, 26 oct. 2016)
A la luz del derecho de los pobres para mejorar sus condiciones de vida, y la obligación de ser solidarios con ellos, se entiende el mensaje del Papa al Presidente Trump, con motivo de su toma de posesión, pidiéndole que tenga “preocupación por los pobres, los marginados y los necesitados que, como Lázaro, están ante nuestra puerta.”
El liderazgo del Papa Francisco en defensa de los pobres y los migrantes tiene un origen claramente religioso, que se apoya también en principios éticos naturales (como el derecho universal a tener bienes y la solidaridad). Esto no es intervenir en la política de los países, sino interpelar la conciencia social de los políticos.
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