Una tragedia silenciada: actualmente hay decenas de conflictos armados en los que millares de menores son obligados a participar como soldados. Es un serio problema social que parece ajeno a nuestra vida, pero que necesita ser conocido.
1. Una respuesta a los desafíos de la humanidad. El Papa Francisco ha puesto, ante la opinión pública, un problema sobrecogedor: el de los menores esclavizados para ser utilizados como soldados, en las guerras olvidadas de África.
Desde el inicio de este año 2016, la Red Mundial de Oración del Papa ha publicado un video cada mes con el objetivo de difundir las intenciones mensuales del Santo Padre, que consisten en la petición de oraciones para buscar soluciones a los desafíos de humanidad y de la Iglesia.
Acaba de ser publicado el video correspondiente a este mes de diciembre, en el que Francisco pide que sea erradicada del mundo la plaga de los niños soldados y se termine con esta forma de esclavitud.
2. Las cifras de una dura realidad. Aunque no hay cifras exactas, pues estas se toman a partir del registros de combatientes desmovilizados, se estima que hay unos 300 mil menores de edad involucrados en conflictos armados, en más de 30 países.
Hanaa Singer, representante de la UNICEF en Siria, declaró a Europa Press, en marzo de este año, que “hasta hace poco” los niños solo eran utilizados en tareas “de apoyo”, como cocinar, pero ahora han detectado que están implicados directamente en la guerra. Y explicó además que los niños reclutados están en edades que van desde los siete años de edad. (20 Minutos, 15 mar. 2016)
Un informe de Amnistía Internacional explica que los menores aportan “ventajas adicionales” a los grupos armados: son fanáticos en su adhesión y obedecen sin rebelarse, son fácilmente reemplazables, resultan muy útiles como señuelos, detectores de la posición enemiga o guardaespaldas de sus comandantes.
Y añade que a los menores también se les usa a menudo como porteadores de munición, agua o alimentos y como cocineros. Y en el caso de las niñas, además de todo lo anterior, también se las utiliza como objeto sexual.
3. La respuesta de Francisco. Ante esta realidad, presente en los cinco continentes, el Papa ha utilizado el video mensual para invitar a toda persona a unirse a este compromiso: “Hacer todo lo posible para que se respete la dignidad de los niños y terminar con esta forma de esclavitud”.
En el breve video, en el que se combinan imágenes del Papa sentado en su escritorio con videos de niños soldado, el Pontífice constata, una vez más, cómo “en este mundo, que ha desarrollado las tecnologías más sofisticadas, se venden armas que terminan en las manos de los niños soldados”.
Luego, el Pontífice se dirige a cada espectador (“seas quien seas”, y “si estás conmovido como yo”) para pedirle: “que te unas en esta intención, para que en ninguna parte del mundo existan niños soldados”.
Para que los grandes problemas humanos, como la trata de personas o la esclavitud, sean erradicados, primero necesitan ser conocidos por la opinión pública. Solo cuando se habla de ellos a nivel global, los organismos internacionales y los países con recursos suelen intervenir con más decisión.
Por eso, fue muy importante que el Papa Francisco empleara su video mensual para exponer el drama de los niños combatiente ante los fieles católicos y ante la opinión pública internacional.
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