El Papa dio asiló en el Vaticano a doce refugiados sirios. Estos gestos de Francisco hacia los refugiados en la isla de Lesbos pusieron al descubierto la crisis humanitaria que enfrenta Europa.
1. El origen de la crisis. Debo a la guerra civil en Siria y a la invasión del Estado Islámico a varios países del Medio Oriente, miles de personas han salido hacia Europa buscando paz y nuevas oportunidades.
Como el número de refugiados ha sido enorme, y ha desbordado la capacidad europea de recibirlos, recientemente se firmó un acuerdo entre la Unión Europea y Turquía, por el cual todas las personas que hayan llegado después del 20 de marzo serán devueltas a Turquía donde se resolverá su solicitud de asilo.
Como la frontera de Grecia es la puerta para entrar al territorio de la Unión Europa desde Turquía, esa medida ha hecho que en el país heleno se acumulen por centenares de millares los refugiados, cuyas condiciones ahí resultan muy precarias.
Según el responsable de migraciones de la Conferencia Episcopal Italiana, ese acuerdo con Turquía no ha funcionado, porque “no hay garantías sobre el respeto de los derechos humanos”. Y añadió que la redistribución de los migrantes “no se está llevando a cabo”, pues “algunos países europeos se oponen”. (Vatican Insider, 6 abr. 2016)
2. Acogida en el Vaticano. Al volver del breve a Lesbos (el pasado 16 de abril), Francisco llevó consigo a tres familias sirias, que llevaban meses viviendo en un campo de refugiados. Esas doce personas son de origen musulmán.
El Papa explicó durante la visita a Mitilene, la capital de Lesbos, que “no debemos olvidar que los emigrantes, antes que números son personas, son rostros, nombres, historias”. Y por eso llevó consigo a Hasan y Nour, una pareja de ingenieros; a Ramy y Shuila, un profesor y una sastre; y a Osama y Wafa. Todos ellos pagaron 130 euros por persona a un contrabandista para salir de Siria. (eldiario.es, 18 abr. 2016)
3. Reacciones internacionales. Los medios de comunicación han destacado las reacciones ante este gesto del Pontífice argentino. El diario El Mundo recogió la declaración de la biográfa del Papa, Elisabetta Piqué, que considera que este viaje a Lesbos fue “un puñetazo en el estómago de Europa” (17 abr. 2016).
Por su parte, el New York Times calificó esta acción del Papa de llevar consigo a los doce refugiados como una “lección para Europa” (16 abr. 2016). Y la cadena noticiosa árabe Aljazeera auguró que este viaje lograra que se pusiera atención en “el controvertido tratado de Europa con Turquía”, para poner fin a esta crisis de refugiados (16 abr. 2016).
Es muy importante que un líder mundial, como calificó recientemente al Papa la revista Time, le dé voz y rostro a la tragedia de la migración forzada, porque cada refugiado posee una dignidad personal, que primero es atropellada por la guerra y luego es ignorada en los campos de refugiados.
El gesto de Francisco les devolvió a doce personas la posibilidad de volver a vivir conforme a su dignidad humana. Y, a la vez, el Papa envió un gran mensaje no sólo a la Comunidad Europea, sino a todo el mundo, de que las actuales políticas para fomentar la paz y para acoger a los refugiados son muy poco adecuadas.
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El domingo 24 de abril de 2005, Benedicto XVI celebraba su Misa de inicio de Pontificado. Y ese mismo día se publicaba en el periódico “a.m.” (Querétaro, México) el primer artículo de la columna “Fe y razón”.
Agradezco a los editores y a lectores su apoyo durante estos once años, que ha hecho posible que ahora esta columna se publique en portales y blogs de cinco países.
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