1. El atentado contra cristianos en Lahore. El pasado 27 de marzo, el grupo talibán Jamaat ul Ahrar perpetró un atentado suicida, en el popular parque Gulshan-e-Iqbal, que estaba lleno de cristianos que celebraba el domingo de Pascua, en Lahore (Pakistán), ciudad de 8 millones de habitantes.
La organización terrorista admitió en su reivindicación que el atentado, que causó al menos 72 muertos y más de 360 heridos, iba dirigido “contra los cristianos”, y anunció la amenaza de futuros ataques.
Anteriormente también en Pakistán, el 16 de marzo, 15 personas murieron y otras 30 resultaron heridas por una bomba en un autobús en Peshawar. Y unos días antes, el 7 de marzo, 11 personas murieron y hubo 12 heridos en un ataque suicida a la entrada de un tribunal también en Peshawar. (elmundo.es, 29 mar. 2106)
2. Más atentados, pero menor repercusión de prensa. La agencia rusa RT menciona cinco cruentos atentados terroristas, que no captaron la atención como París y Bruselas. Son los siguientes, además del ya mencionado de Lahore: Nigeria, más de 80 muertos, entre ellos niños quemados vivos (30 ene.); Irak, 29 muertos en un ataque suicida del EI en un partido de fútbol (24 mar.); Siria, 83 muertos en una masacre del EI (21 feb.); Líbano, 43 muertos en un ataque del EI en un barrio chií un día antes de los ataques de París. (rt.com, 28 mar. 2106).
Por su parte, el periodista español Josep Carles Rius comenta que el “olvido de Lahore en las portadas” pone de manifiesto una “crisis de la prensa”, y lamenta que muchas primeras planas de diarios hablaban de las consecuencias de los atentados de Bruselas, pero no mencionaban Lahore, “cuando las víctimas de aquí y de allí murieron en manos del mismo fanatismo, de la misma barbarie”.
Rius explica que aunque para los lectores de occidente las víctimas de Pakistán resultan lejanas, los periódicos tienen el deber ético de “explicar que todas las vidas, las de aquí y las de allí, valen lo mismo”. Desafortunadamente, algunos medios occidentales “han aplicado el criterio de ‘proximidad’ geográfica e identitaria (sic) y han olvidado la ‘proximidad’ del sufrimiento humano”. (eldiario.es, 28 mar. 2016)
3. La importancia de la voz del Papa. El periodista de “Blasting news”, revista independiente de “periodismo social”, que firma como M.S. y que hace la misma queja (“¿Por qué unos muertos valen más que otros?”: 30 mar. 2016), hace notar que, ante el silencio mediático, el Papa se convierte en una voz a favor de las víctimas.
“A pesar de las críticas por falta de repercusión mediática sobre el atentado, el Papa Francisco sí ha reaccionado y con contundencia”, comenta este periodista independiente. (Blasting News, 30 mar. 2016).
El Papa Francisco, en su mensaje “Urbi et orbi”, hizo “un llamamiento a las Autoridades civiles y a todos los componentes sociales” de Pakistán, para que “realicen todos los esfuerzos para volver a dar seguridad y serenidad a la población y, de modo especial, a las minorías religiosas más vulnerables”.
Aunque algunos medios internacionales callen, es muy importante que nosotros no dejemos de hablar de las víctimas de los atentados terrorista en cualquier parte del mundo, porque cada una de ellas es un ser humano, es uno de los nuestros. Dejarlos al olvido nos deshumaniza, porque nos comportaríamos como si esas víctimas no fueran dignas de ser recordadas ni defendidas.
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