La tilma es tela de fibra de maguey. A casi 500 años del milagro, la imagen de Nuestra Señora de Guadalupe en ella plasmada, sigue tan firme como el primer día. La ciencia no se explica el origen de la incorruptibilidad de la tela.
Al respecto, en entrevista publicada por Zenit (21.08.09), el doctor Adolfo Orozco, físico e investigador del Instituto de Geofísica de la Universidad Nacional Autonómica de México desde 1970, quien ha publicado decenas de investigaciones sobre las inexplicables características de la tilma señala: “El estado extraordinario de conservación de esta reliquia sagrada está completamente fuera de todo tipo de explicación científica. (…) Todas las telas similares a la de la Tilma que fueron colocadas en ambientes húmedos y salinos como el que rodea a la basílica no duraron más de diez años”.
Orozco agregó que una pintura que copia la imagen de Guadalupe hecha en 1789 confirma este hecho. "Esta imagen fue pintada con las mejores técnicas de su tiempo, la copia era hermosa y estaba hecha con una tela bastante similar a la de la Tilma original. Además, también estaba protegida con un vidrio desde que fue colocada allí", dijo. Sin embargo, "ocho años después, esta copia tuvo que ser desechada porque estaba perdiendo los colores y las fibras se iban rompiendo. En contraste -precisa Orozco- la Tilma original ya había estado siendo expuesta por 116 años sin ningún tipo de protección, recibiendo todos los rayos infrarrojos y ultravioletas de decenas de miles de velas que estaban cerca de ella; y estaba expuesta a la humedad y el aire salino que rodea al templo".
Anexo 2/ Los mensajes de Nuestra Señora de Guadalupe
Primera aparición (9 de diciembre): "Sabe y ten entendido, tú el más pequeño de mis hijos, que yo soy la siempre Virgen María, Madre del verdadero Dios por quien se vive: del Creador cabe quien está todo: Señor del cielo y de la tierra. Deseo vivamente que se me erija aquí un templo, para en él mostrar y dar todo mi amor, compasión, auxilio y defensa, pues yo soy vuestra piadosa madre, a ti, a todos vosotros juntos los moradores de esta tierra y a los demás amadores míos que me invoquen y en mi confíen; oír allí sus lamentos y remediar todas sus miserias, penas y dolores. Y para realizar lo que mi clemencia pretende, ve al palacio del Obispo de México y le dirás cómo yo te envío a manifestarle lo que deseo, que aquí me edifique un templo: le contarás puntualmente cuanto has visto y admirado, y lo que has oído. Ten por seguro que te lo agradeceré bien y lo pagaré, porque te haré feliz y merecerás mucho que yo recompense el trabajo y fatiga con que vas a procurar lo que te encomiendo. Mira que ya has oído mi mandato hijo mío el más pequeño, anda y pon todo tu esfuerzo."
Segunda aparición (10 de diciembre. Luego de la resistencia del obispo a creerle a san Juan Diego): "Oye, hijo mío el más pequeño, ten entendido que son muchos mis servidores y mensajeros a quienes puedo encargar que lleven mi mensaje y hagan mi voluntad; pero es de todo punto preciso que tu mismo solicites y ayudes y que con tu mediación se cumpla mi voluntad. Mucho te ruego, hijo mío el más pequeño, y con rigor te mando, que otra vez vayas mañana a ver al Obispo. Dale parte en mi nombre y hazle saber por entero mi voluntad: que tiene que poner por obra el templo que le pido. Y otra vez dile que yo en persona, la siempre Virgen Santa María, Madre de Dios, te envía."
Tercera aparición (11 de diciembre. Luego de que el obispo continuara resistiendo a creer lo dicho por san Juan Diego y pidiera una prueba): "Bien está hijito mío, volverás aquí mañana para que lleves al Obispo la señal que te ha pedido; con esto te creerá y acerca de esto ya no dudará ni de ti sospechará; y sábete, hijito mío, que yo te pagaré tu cuidado y el trabajo y cansancio que por mí has emprendido; ea, vete ahora, que mañana aquí te aguardo."
Cuarta aparición (12 de diciembre): "¿Que hay, hijo mío el más pequeño?, ¿a dónde vas?" (…)"Oye y ten entendido hijo mío el mas pequeño, que es nada lo que te asusta y aflije; no se turbe tu corazón; no temas esa enfermedad, ni otra alguna enfermedad y angustia. ¿No estoy yo aquí?, ¿No soy tu Madre?, ¿No estás bajo mi sombra?, ¿No soy yo tu salud?, ¿No estás por ventura en mi regazo?, ¿Qué mas has menester?. No te apene ni te inquiete otra cosa; no te aflija la enfermedad de tu tío, que no morirá ahora de ella; está seguro de que sanó." (…)Sube, hijo mío el mas pequeño, a la cumbre del cerrito; allí donde me viste y te di órdenes, hallarás que hay diferentes flores; córtalas, júntalas, recógelas; en seguida baja y tráelas a mi presencia." (…)"Hijo mío el mas pequeño, esta diversidad de flores es la prueba y señal que llevarás al Obispo. Le dirás en mi nombre que vea en ella mi voluntad y que él tiene que cumplirla. Tú eres mi embajador, muy digno de confianza. Rigurosamente te ordeno que sólo delante del Obispo despliegues tu manta y descubras lo que llevas. Contarás bien todo; dirás que te mandé subir a la cumbre del cerrito, que fueras a cortar flores, y todo lo que viste y admiraste, para que puedas inducir al prelado a que dé su ayuda, con objeto de que se haga y erija el templo que he pedido."
Desenvolvió luego su manta, pues tenía en su regazo las flores; y así que se esparcieron por el suelo todas las diferentes flores, se dibujó en ella de repente la preciosa imagen de la siempre Virgen Santa María, Madre de Dios, de la manera que está y se guarda hoy en su templo del Tepeyacac, que se nombra Guadalupe.
Fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe: 12 de diciembre.
Fuentes: Instituto Superior de Estudios Guadalupanos, Santuario Basílica Nuestra Señora de Guadalupe, EWTN.