El 30 de julio no es un día más. Es el día mundial contra la Trata de Personas.
Les comparto el testimonio de Francisca. Un fragmento de mi publicación "Esclavas. Otras historias".
Comprendí todo en un instante. Sesenta años de ausencia. Sesenta años de búsqueda, sesenta años de espera: una eternidad.
Ella se negaba a morirse hasta encontrarla, hasta saber algo. Los fue enterrando a todos y se quedó ella para que, cuando su hermana volviera, encontrara a alguien esperándola.
"Mi hermana desapareció hace más de sesenta años...No lo podíamos decir, no lo podíamos contar. La gente decía que mi hermana era una p.... que hacía mala vida y por eso se la llevaron. Pero eran mentiras, sólo éramos pobres. Las mujeres pobres éramos mal vistas por cualquier cosa. Entonces se la llevaron y nadie nos ayudó. ¿Sabes? Mi hermanita era una nena adorable... todavía jugaba a las muñecas.
Mi mamá se murió de tristezas. Fue tan grande su dolor que nunca más sonrió y todas las tardes se sentaba en la vereda a esperarla. Cuando no se sentó más se murió. No pudo con tanto dolor, ¡pobre mamá! Sólo quedo yo y sigo con la esperanza que esté viva en un asilo o en un hogar...vivo para esperarla…tengo una foto de ella, la última foto".
Todos los días, además del 30 de julio, tenemos que luchar contra la Trata. Porque las víctimas nos necesitan.
Gracias por leerme.
Un abrazo.