Georg Gänswein, el primogénito, declinó la tradición familiar de ser herrero y lo agradece a su padre

06 de octubre de 2023

"Nunca me arrepentí de haber abrazado el sacerdocio. Hubo fases difíciles, desafiantes, pero siempre hubo personas que me ayudaron y acompañaron".

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Tras regresar a la diócesis donde nació y se ordenó sacerdote, el otrora poderoso secretario personal del querido Papa Benedicto XVI, monseñor Georg Gänswein, reside en un departamento dentro del Priesterseminar (Seminario para sacerdotes) de la Arquidiócesis de Freiburg. A 67 kilómetros de Riedern am Wald, el tradicional poblado de la Selva Negra donde nació el 30 de julio de 1956.

 

Desde su llegada a Freiburg, en lo que va del año 2023, Monseñor ha visitado algunos lugares de peregrinación significativos en Alemania, atrayendo el interés de los fieles y de la prensa que asisten a las eucaristías públicas que en estos lugares celebra. Así ocurrió el pasado domingo 1° de octubre de 2023 llegando al Monasterio de Waghäusel donde celebró una solemne eucaristía en la iglesia de peregrinación del lugar, que lleva el nombre de "Madre del Corazón Amable".

 

 

Pero en estos meses también ha decidido estar en la escena pública al presentar su libro “Nada más que mi verdad” y ofreciendo entrevistas a medios de comunicación; la más reciente a la revista GranDios de Regensburg.

 

Georg, el hijo del herrero

 

 

Gänswein -de 67 años- confidenció al magazín alemán que de no haber sido por la generosa sabiduría de su padre quizá jamás habría llegado al sacerdocio…

 

En efecto, Georg era el hijo mayor de Gertrud y Albert Gänswein, el herrero del pueblo. Cuenta que su padre -quien participaba también en la política local- era la séptima generación de afamados herreros en Riedern am Wald y daba por sentado que él aprendería ese oficio de herrero, para continuar a cargo del negocio familiar. Al final, un hermano menor se haría cargo de la herrería. "Mi padre me dijo: «No te voy a obligar». Se lo agradezco", comenta Gänswein y añade una reflexión: "Cualquiera que ejerza coacción sobre una decisión vital es culpable".

 

Monseñor reconoce que "la convivencia con un buen padre" ha sido una experiencia fundamental de su vida. "Estoy muy agradecido de haber tenido un padre en el que se me permitió confiar, pero que, en el curso del crecimiento, especialmente durante la pubertad, también me mostró límites que hay que respetar y honrar". Esto -puntualiza- "configuró" su "imagen de Dios".

 

"Nunca me arrepentí de haber abrazado el sacerdocio"

 

 

Ya liberado de ser herrero Georg siguió estudiando y no tenía gran claridad sobre su futuro faltando apenas un año para su graduación en el Instituto. De hecho, acoger la llamada al sacerdocio fue un proceso que le llevó tiempo. "Mi vocación no me cayó como un rayo", confirma y añade que un punto de inflexión para él fue la lectura del libro "Einführung in das Christentum" (Introducción al cristianismo) del entonces joven profesor de teología Joseph Ratzinger. Sin embargo, que un día llegaría a ser su secretario privado, asegura, "no podía haberlo planeado ni en los sueños más alocados. Lo vi como algo providencial".

 

La lectura del libro -reconoce-, "puso algo en marcha" en su corazón. Poco después ingresó al Seminario de Friburgo, donde hoy vive de nuevo. Tras finalizar los estudios de Teología en Roma recibió la ordenación sacerdotal en Freiburg el año 1984. Finalizados sus años de capellanía, el entonces arzobispo de Freiburg, Oskar Saier, le envió a Múnich para realizar un doctorado en Derecho Canónico, que concluyó con la máxima calificación en 1993.

 

En Freiburg, Gänswein trabajó unos meses como asistente personal del arzobispo antes de trasladarse a la Congregación para el Culto Divino en el Vaticano. El resto de su destacada trayectoria es bien conocido.

 

Hoy, el otrora poderoso secretario personal del querido Papa Benedicto XVI, monseñor Georg Gänswein confidencia a la Revista "GranDios" que, desde el momento de su ordenación, aún en las noches más oscuras "nunca me arrepentí de haber abrazado el sacerdocio. Hubo fases difíciles, desafiantes, pero siempre hubo personas que me ayudaron y acompañaron", finaliza.

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