El padre Federico Highton tiene 43 años, proviene de una familia católica de Argentina integrada por cinco hermanos y cada día lo vive con la esperanza de permanecer en todo aferrado a Cristo. Un vínculo de amor con Dios que inició a los 9 años, y así lo recuerda en este diálogo con Portaluz:
"Cuando me preparé para la primera comunión, la catequista nos enseñó una canción llamada Alma Misionera, una letra que expresaba al misionero de ir a anunciar la fe a aquellos que no conocen a Cristo. ¡Y bueno!, de tanto practicar esa canción en la capilla de la iglesia del colegio, se me fue metiendo un gran deseo de anunciar a Cristo a los hombres. En ese momento no pensé hacerlo como sacerdote, simplemente quería ser misionero. Después, ya más grande, me di cuenta de que para ser un misionero más eficaz era mejor ser sacerdote y dar no solamente la predicación sino también los sacramentos", recuerda.
En su corazón enamorado de Cristo, con la pasión propia de un joven, Federico quería seguir la huella de esos primeros discípulos de Cristo, que iban por el mundo allí donde jamás se había escuchado la luz de la Palabra revelada. A sabiendas que en algunos territorios podría incluso correr riesgo su vida, lejos de temer, esto le animó mucho más y hasta hoy no se detiene. "Vamos siempre a los lugares más infieles posibles, tanto aquellos lugares donde no conocen el nombre de Cristo o donde conocen el nombre de Cristo, pero la Iglesia católica no existe aún o existe, pero hay muy pocos católicos. Allí vamos para anunciar la fe católica".
Misionar unidos al Papa
Con el corazón alerta en el envío de Jesús a sus discípulos, la primera misión inició el año 2015 en el Himalaya, luego evangelizó algunas zonas del Amazonas y hoy gasta su vida por Cristo en el sureste africano: "Nosotros tenemos el envío de la Santa Madre Iglesia. La Autoridad Eclesiástica nos dio el permiso misionero a todos los miembros de la orden san Elías para que anunciáramos el Evangelio y demos los sacramentos”, confidencia.
El Papa Francisco ha estado cercano a esta misión, añade padre Federico, y es una gracia que beneficia a los más pobres… "Nos mandó 5.000 euros porque yo le conté que una señora pobre me pidió y le dije que le iba a escribir al Papa de su parte y le pregunté, ¿qué le querés pedir al Papa? y la señora me dijo: comida y frazadas así que le escribí al Papa y él nos mandó 5.000 euros, compramos 400 frazadas para los pobres de 2 o 3 aldeas de la zona de Malonche", cuenta el misionero, mientras en su rostro donde comienzan a marcarse las primeras arrugas, se dibuja una sonrisa.
En Malawi fundaron dos parroquias, "la segunda va a ser erigida formalmente en julio de este año 2023" y aún los equipos que componen las misiones están conformados por pocas personas. "A veces nos acompañan otros sacerdotes, a veces laicos, a veces seminaristas. Somos grupos pequeños de cuatro o cinco", explica el padre.
Pero si bien los misioneros son pocos Dios se regala en gracia sacramental lo que alegra al alma de padre Federico. "Gracias a Dios pudimos celebrar muchos sacramentos, muchos matrimonios", comenta el sacerdote.
"Si te agarran predicando te pueden matar"
Hay momentos donde la misión adquiere ribetes dramáticos y la fidelidad a Cristo se pone a prueba al arriesgar la propia vida. Así lo vivió el padre -recuerda- “en una zona del Himalaya donde está prohibido predicar extraoficialmente. Ahí no llega la policía y si te agarran predicando te pueden matar. Yo la llamo la aldea maldita, al norte de Sikkim. Sí, en nuestra misión himaláyica sufrí una gran persecución; no físicamente cruel, pero fue una persecución terrible en la cual pasamos por varios obstáculos”.
Aunque ya estuvo en algunos lugares del Amazonas, este es un territorio donde aún los de la Orden San Elías tienen objetivos por cumplir comenta el padre Federico: "Debemos llevar el Evangelio a todas las tribus que todavía no conocen a Cristo. Son unas quince según nuestros reportes. También hay unas tribus en el Amazonas que todavía no tuvieron contacto con la civilización y estamos tratando ahora de conseguir permisos para misionar ahí".
¿Cómo enrolarse o ayudar en la misión?
"Los que rezan rosarios, que recen rosarios por nosotros y aquellos que estén interesados en misionar nos pueden mandar un video presentándose con su currículum y si son seleccionados los llamaremos y aquellos que también puedan donar una limosna mensual a nuestra plataforma misionera que nos hace bien a nosotros, pueden hacerlo a través de nuestra página oficial Omnes Gentes Project (pulsa aquí)", anima el padre.
Y al finalizar alienta a los lectores de Portaluz para que en todo… "busquen la verdad; estén dispuestos a morir antes que hacer un acto humano malo; buscar el heroísmo haciendo el máximo de bien posible y por último les aconsejo que sean serios en la búsqueda de la felicidad y la felicidad evidentemente solamente puede ser dada por Dios".