Daniele Natale, el fraile que fue resucitado tras estar muerto durante tres horas en las que vio y padeció el Purgatorio

22 de marzo de 2024

En su relato, describe cómo se presentó ante el trono de Dios, quien se reveló no como un severo juez, sino como un padre amoroso. Las intensas penas y sufrimientos que experimentó durante esas tres horas le hicieron sentir cual si hubieran transcurrido trescientos años.

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La existencia del Purgatorio es un dogma de la fe católica -formulado en los Concilios de Florencia y de Trento- que refiere a un estado intermedio donde están "los que mueren en la gracia y en la amistad de Dios, pero imperfectamente purificados" (Catecismo nr. 1030).

 

Además de la certeza que otorga la fe, existen decenas de privilegiados a quienes Dios les ha concedido el don de estar en el Purgatorio y regresar a esta vida para dar testimonio de lo que han visto. Uno de ellos es el sacerdote capuchino, Fray Daniele Natale, fallecido en 1994.

 

Fray Daniele tuvo dos experiencias sobrenaturales que se describen con detalle en el libro Fra Daniele Natale racconta le sue esperienze con Padre Pio (Edizioni Frati Cappuccini 2001). La primera, corroborada por médicos y testigos es que estuvo muerto durante tres horas y fue resucitado. La segunda es que durante ese tiempo -que para él fueron siglos-  afirma haber visitado y padecido el Purgatorio.

 

Los sucesos previos

 

 

Fray Daniele se convirtió en una figura prominente durante la Segunda Guerra Mundial. Su labor misionera en tiempos de guerra y su cercanía con el querido Padre Pío, le otorgaron una notoriedad considerable dentro de la comunidad eclesiástica.

 

En 1952, Fray Daniele fue diagnosticado de un grave cáncer en el bazo. A pesar de las perspectivas poco alentadoras, aceptando la indicación de Padre Pío, se sometió a una operación quirúrgica en la clínica Regina Elena en Roma. La operación, llevada a cabo por el Dr. Riccardo Moretti, resultó en un coma que duró tres días, luego del cual falleció. Se expidió el certificado médico de su defunción y acudieron los familiares para rezar por el difunto. Sin embargo, pasadas unas 3 horas, para asombro de los allí reunidos, de repente el muerto volvió a la vida.

 

Llevado al Purgatorio y vuelto a la vida

 

 

Según el propio Fray Daniele, durante ese tiempo, su alma fue llevada al purgatorio. En su relato, describe cómo se presentó ante el trono de Dios, quien se reveló no como un severo juez, sino como un padre amoroso. Las intensas penas y sufrimientos que experimentó durante esas tres horas le hicieron sentir cual si hubieran transcurrido trescientos años. Así narra su experiencia el fraile Daniele…

 

"Yo estaba de pie delante del trono de Dios. Lo vi, pero no como un juez severo, sino como un padre afectuoso y lleno de amor. Entonces me di cuenta de que el Señor lo había hecho todo por amor mío, que había cuidado de mí desde el primer hasta el último instante de mi vida, amándome como si fuera la única criatura existente sobre esta tierra. Me di cuenta también, sin embargo, de que no sólo no había correspondido a este inmenso amor divino, sino que lo había descuidado del todo. Fui condenado a dos-tres horas de purgatorio. «Pero ¿Cómo? -me pregunté- ¿Sólo dos-tres horas? ¿Y después voy a permanecer para siempre junto a Dios, eterno Amor?». Di un salto de alegría y me sentí como un hijo predilecto. (…) eran unos dolores terribles, que no se sabe de dónde venían, pero se sentían intensamente. Los sentidos que más habían ofendido a Dios en este mundo: los ojos, la lengua… sentían mayor dolor y era una cosa increíble, porque ahí en el Purgatorio uno se siente como si tuviera el cuerpo y conoce, reconoce a los otros como ocurre en el mundo".

 

"Mientras tanto -explica- no habían pasado más que unos pocos momentos de esas penas y ya me parecía que fuese una eternidad. Entonces pensé en ir a un hermano de mi convento para pedirle que rezara por mí, que yo estaba en el Purgatorio. Ese hermano se quedó maravillado, porque sentía mi voz, pero no veía mi persona, y él preguntaba «¿Dónde estás?,¿Por qué no te veo?» (…). Sólo entonces me di cuenta de estar sin cuerpo. Me contentaba con insistirle en que rezara mucho por mí y me fui de allí. «Pero ¿Cómo? –me decía a mí mismo- ¿No deben ser sólo dos- tres horas de purgatorio…? ¡y ya han pasado trescientos años!» al menos así me lo parecía. De repente se me aparece la Bienaventurada Virgen María y le supliqué, le imploré diciéndole «¡Oh, Santísima Virgen María, madre de Dios, obtén para mí del Señor la gracia de retornar a la tierra para vivir y actuar sólo por amor de Dios!». Me di cuenta también de la presencia del Padre Pío y le supliqué también a él: «Por tus atroces dolores, por tus benditas llagas, Padre Pío mío, reza tú por mí a Dios para que me libere de estas llamas y me conceda continuar el Purgatorio sobre la tierra». Después no vi nada más, pero me di cuenta de que el Padre Pío le hablaba a la Virgen. Después de unos instantes se me apareció de nuevo la Bienaventurada Virgen María (…) ella inclinó su cabeza y me sonrió. En aquel preciso momento recuperé la posesión de mi cuerpo (…) con un movimiento brusco, me liberé de la sábana que me cubría. (…) los que me estaban velando y rezando, asustadísimos se precipitaron fuera de la sala para ir en busca de los enfermeros y de los doctores. En pocos minutos en la clínica se armó un jaleo. Todos creían que yo era un fantasma".

 

El Regreso a la Vida

 

 

La repentina resurrección de Fray Daniele causó conmoción y asombro entre quienes estaban presentes. El Dr. Riccardo Moretti, quien había certificado su muerte, se convirtió a la fe católica al ver este milagro.

 

Tras su experiencia en el Purgatorio, este sacerdote capuchino amigo de padre Pío vivió otros cuarenta y dos años. Durante este tiempo, continuó su labor misionera y se dedicó a servir a Dios y a los demás. Su testimonio personal sobre el Purgatorio ha sido una fuente de reflexión y estudio para muchos.

 

La experiencia de Fray Daniele Natale brinda una visión única sobre el concepto del Purgatorio. Aunque su relato se basa en una experiencia personal, ofrece una perspectiva valiosa sobre este estado de purificación que forma parte de la doctrina católica. Nos recuerda la importancia de vivir una vida virtuosa buscando en todo la gracia y la amistad de Dios.

 


Recomendación del editor: Pida misas y ore regularmente por las almas del Purgatorio.

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