Papa Francisco reconoce beato a sacerdote ucraniano Petro Oros martirizado por odio a la fe bajo el régimen soviético

13 de agosto de 2022

También reconoce las virtudes heroicas de cinco nuevos Venerables, entre ellos el Siervo de Dios Jesús Antonio Gómez Gómez, sacerdote diocesano colombiano, y el español Juan Sánchez Hernández de la Congregación de Sacerdotes Operarios Diocesanos del Corazón de Jesús.

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La Oficina de Prensa de la Santa Sede ha informado que el Sumo Pontífice autorizó promulgar el Decreto relativo al martirio del Siervo de Dios Pedro Pablo Oros, sacerdote de la Eparquía de Mukáchevo en Ucrania. 

 

Nacido el 14 de julio de 1917 en el pueblo de Biri (Hungría) en el seno de una familia profundamente cristiana en la que su padre era sacerdote greco-católico, en 1937, sintiéndose llamado a continuar la tradición familiar como sacerdote, Pedro Pablo Oros ingresó en el seminario de Uzghorod, siendo ordenado sacerdote celibatario de la eparquía greco-católica de Mukáchevo el 18 de junio de 1942. Se distinguió por su celo pastoral y su gran amor por los pobres. En 1943, debido a la guerra, hizo un curso para capellanes militares en Barca, cerca de Košice, tras lo cual volvió a su parroquia.

 

En 1944, este territorio de Transcarpacia fue ocupado por las tropas soviéticas del Ejército Rojo y se unió a la República Socialista Soviética de Ucrania y luego a la URSS. Con esta anexión forzada, comenzó la persecución de la Iglesia greco-católica. En 1946, Pedro Pablo fue trasladado a Bilky, en el distrito de Irshava, como párroco. A partir de 1948, se intensificaron las presiones para que se pasara a la Iglesia Ortodoxa Rusa, pero se opuso. En 1949, se prohibieron las actividades pastorales y se cerraron todas las iglesias greco-católicas. La misma eparquía greco-católica de Mukáchevo fue suprimida. Con la anexión forzada a la URSS, comenzó la persecución de la Iglesia greco-católica.En 1953, se dio la orden de arrestarlo. Trató de escapar. El 28 de agosto, fiesta de la Dormición de la Santísima Virgen María, fue detenido por un policía en la estación de ferrocarril del pueblo de Sil'ze (Unión Soviética), que lo mató. Pedro Pablo Oros era un hombre piadoso y fiel a sus compromisos sacerdotales. Su asesinato fue considerado inmediatamente como un martirio. Aunque su cuerpo permaneció oculto hasta la desintegración de la Unión Soviética, su recuerdo no se desvaneció en el corazón de los fieles, una fama que perdura hasta el día de hoy. 

 

 

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