Ex jugador de fútbol americano agradece a Dios haberlo liberado de su obsesión por alcanzar el éxito del mundo

16 de diciembre de 2020

"Tuve unos cinco años con depresión extrema, altos, bajos, desórdenes alimenticios, todo eso. Pero seguí creyendo que, si alcanzaba el éxito mundano, podría resolver cualquiera de esos problemas".

Compartir en:



Ya fuese en un entrenamiento cotidiano como si disputaba alguna final de campeonato defendiendo la camiseta del equipo de fútbol americano de la Universidad de Colorado (CU), Patrick Devenny nunca se avergonzó de mostrar su fe. "Yo era el tipo que siempre salía corriendo de un túnel antes del partido de fútbol, se arrodillaba y decía una oración. Pero mi oración era siempre pedir: 'por favor déjame anotar un touchdown y dame salud'", recuerda. 
 
Patrick Devenny creció en el norte de California y tras el divorcio de sus padres fue criado principalmente por su madre. Si bien tuvo además como referente durante la juventud a su abuela, una devota católica. A través de ella se identificó con la fe. "Siempre me pareció lo correcto, pero nunca supe por qué lo hacía", relata Patrick al periódico de la Arquidiócesis de Denver. "Fuera lo que fuera -explica-, era más bien una relación desigual. ¿Qué puedo obtener de Dios? ¿Cómo puede ayudarme a llegar a la NFL? ...ese tipo de cosas".
 
Pero llegó un punto en el cual dejó a Dios al margen y se obsesionó, afirma, “con la psicología terapéutica y la psicología del deporte”, buscando el éxito como deportista en el fútbol profesional, “creando mi propio destino”. En efecto disfrutó de una exitosa carrera futbolística en el CU, jugando 29 partidos y anotando seis touchdowns de 2007 a 2009. Por fin era un profesional de la NFL, tenía el logro que tanto había anhelado, aunque duraría muy poco… "Me tomé una taza de café (en la NFL) es lo que me gusta decir", señala en tono de broma, pues lo sacaron de la lista de contrataciones y luego una lesión le mantuvo fuera del circuito por varios meses. Terminó siendo el final de su carrera futbolística, ya que no hubo más llamadas de la NFL.
 
También fue el comienzo de algunos años difíciles en su vida luchando por encontrar su identidad, mientras seguía persiguiendo el éxito del mundo.  Tuvo trabajos en el sector inmobiliario y en la industria del entretenimiento, viviendo una vida acelerada en Los Ángeles y más tarde un par de años en México.


 
La batalla por ser reconocido “en el mundo”, fantaseando incluso con ser mencionado “en Forbes antes de cumplir los 30 años” terminó por desgastar su espíritu y nada lograba arrancar de su alma la sensación de vacío. "Tuve unos cinco años con depresión extrema, altos, bajos, desórdenes alimenticios, todo eso. Pero seguí creyendo que si alcanzaba el éxito mundano, podría resolver cualquiera de esos problemas".
 
En este devenir existencial, el año 2015 su madre falleció inesperadamente. "Acabé cayendo en una enorme espiral. Me volví súper deprimido, con pensamientos suicidas, el desorden alimenticio se disparó. Sentía tanta incertidumbre en mi vida y llegué a pensar que lo único posible de controlar era mi cuerpo. Fue entonces cuando empecé a preguntarme: ¿qué importa el avión privado? ¿Qué habría cambiado? Mi madre falleció mientras dormía. No sé si eso se habría resuelto viviendo en una mansión".
 
Se mudó a Denver en ese momento y finalmente recuperó algunos amigos a quienes admiraba, los cuales al escuchar sus penas y de forma independiente unos de otros, le señalaron una misma solución. "Después del cuarto, yo decía, '¿están hablando entre ustedes?', porque todos apuntaban a Dios. Y comprendí que lo único necesario para mi vida no era tener un avión privado, sino recuperar mi relación con Dios. No se trata de mí y mi plan, sino del plan de Dios que es mayor".


 
En este período conoció a Stephanie, su futura esposa, católica, y fue fortaleciendo el vínculo con Dios. Colaboró en ello también el padre Brian Larkin, asistir regularmente a misa en la Parroquia Nuestra Señora de Lourdes y abrirse de corazón -señala- a la catequesis para adultos (RCIA).  Patrick Devenny recibió el sacramento de la Confirmación el pasado año 2019.
 

 Fuente: Denver Catholic

 

Compartir en:

Portaluz te recomienda