Obispos de Ucrania piden al Papa consagre Rusia y Ucrania al Inmaculado Corazón de María como pidió la Virgen en Fátima

02 de marzo de 2022

“Dios quiere establecer en el mundo la devoción a mi Inmaculado Corazón” (Virgen María en Fátima).

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El portal de noticia católicas de Ucrania KMC ha hecho pública una Carta enviada por la Conferencia Episcopal de Ucrania al Papa, donde le solicitan al Pontífice “consagre Rusia y Ucrania al Inmaculado Corazón de María como pidió la Virgen en Fátima”.

 

Dicen los obispos de Ucrania al Santo Padre: “En estas horas de inconmensurable dolor y terrible prueba para nuestro pueblo, nosotros, los obispos de la Conferencia Episcopal de Ucrania, somos portavoces de la incesante y sentida oración, sostenida por nuestros sacerdotes y consagrados, que nos llega de todo el pueblo cristiano … Respondiendo a esta oración, pedimos humildemente a Su Santidad que realice públicamente el acto de consagración al Corazón Inmaculado de María de Ucrania y Rusia, como lo pidió la Santísima Virgen en Fátima”

EL texto, con fecha 2 de marzo, Miércoles de Ceniza, concluye: “Que la Madre de Dios, Reina de la Paz, acepte nuestra oración: Regina pacis, ora pro nobis”.

 

Cabe recordar a continuación parte de un extenso reportaje publicado en Portaluz donde se informa de los dichos de la Virgen a los pastorcitos de Fátima sobre este asunto particular que mencionan los obispos de Ucrania.

 

(Redacción hecha por Sor Lucía en la “Tercera Memoria” del 31 de agosto de 1941 destinada al obispo de Leiria-Fátima)

 

Primer y Segundo secreto de Fátima (versión oficial de la Santa Sede)
 

“Nuestra Señora nos mostró un gran mar de fuego que parecía estar debajo de la tierra. Sumergidos en ese fuego, los demonios y las almas, como si fuesen brasas transparentes y negras o bronceadas, con forma humana que fluctuaban en el incendio, llevadas por las llamas que de ellas mismas salían, juntamente con nubes de humo que caían hacia todos los lados, parecidas al caer de las pavesas en los grandes incendios, sin equilibrio ni peso, entre gritos de dolor y gemidos de desesperación que horrorizaba y hacía estremecer de pavor. Los demonios se distinguían por sus formas horribles y asquerosas de animales espantosos y desconocidos, pero transparentes y negros.
 

Esta visión fue durante un momento, y ¡gracias a nuestra Buena Madre del Cielo, que antes nos había prevenido con la promesa de llevarnos al Cielo! (en la primera aparición). De no haber sido así, creo que hubiésemos muerto de susto y pavor.
 

Inmediatamente levantamos los ojos hacia Nuestra Señora que nos dijo con bondad y tristeza:
 

«Visteis el infierno a donde van las almas de los pobres pecadores; para salvarlas, Dios quiere establecer en el mundo la devoción a mi Inmaculado Corazón. Si se hace lo que os voy a decir, se salvarán muchas almas y tendrán paz. La guerra pronto terminará. Pero si no dejaren de ofender a Dios, en el pontificado de Pío XI comenzará otra peor. Cuando veáis una noche iluminada por una luz desconocida, sabed que es la gran señal que Dios os da de que va a castigar al mundo por sus crímenes, por medio de la guerra, del hambre y de las persecuciones a la Iglesia y al Santo Padre. Para impedirla, vendré a pedir la consagración de Rusia a mi Inmaculado Corazón y la Comunión reparadora de los Primeros Sábados. Si se atienden mis deseos, Rusia se convertirá y habrá paz; si no, esparcirá sus errores por el mundo, promoviendo guerras y persecuciones a la Iglesia. Los buenos serán martirizados y el Santo Padre tendrá mucho que sufrir; varias naciones serán aniquiladas. Por fin mi Inmaculado Corazón triunfará. El Santo Padre me consagrará a Rusia, que se convertirá, y será concedido al mundo algún tiempo de paz».”
 

 

Tercer secreto de Fátima  (versión oficial de la Santa Sede)

 

(Tercera parte del secreto revelado el 13 de julio de 1917 en la Cueva de Iria-Fátima)
 

“Escribo en obediencia a Vos, Dios mío, que lo ordenáis por medio de Su Excelencia Reverendísima el Señor Obispo de Leiria y de la Santísima Madre vuestra y mía.
 

Después de las dos partes que ya he expuesto, hemos visto al lado izquierdo de Nuestra Señora un poco más en lo alto a un Ángel con una espada de fuego en la mano izquierda; centelleando emitía llamas que parecía iban a incendiar el mundo; pero se apagaban al contacto con el esplendor que Nuestra Señora irradiaba con su mano derecha dirigida hacia él; el Ángel señalando la tierra con su mano derecha, dijo con fuerte voz:
 

«¡Penitencia, Penitencia, Penitencia!»
 

Y vimos en una inmensa luz qué es Dios: « algo semejante a como se ven las personas en un espejo cuando pasan ante él » a un Obispo vestido de Blanco « hemos tenido el presentimiento de que fuera el Santo Padre ». También a otros Obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas subir una montaña empinada, en cuya cumbre había una gran Cruz de maderos toscos como si fueran de alcornoque con la corteza; el Santo Padre, antes de llegar a ella, atravesó una gran ciudad medio en ruinas y medio tembloroso con paso vacilante, apesadumbrado de dolor y pena, rezando por las almas de los cadáveres que encontraba por el camino; llegado a la cima del monte, postrado de rodillas a los pies de la gran Cruz fue muerto por un grupo de soldados que le dispararon varios tiros de arma de fuego y flechas; y del mismo modo murieron unos tras otros los Obispos sacerdotes, religiosos y religiosas y diversas personas seglares, hombres y mujeres de diversas clases y posiciones. Bajo los dos brazos de la Cruz había dos Ángeles cada uno de ellos con una jarra de cristal en la mano, en las cuales recogían la sangre de los Mártires y regaban con ella las almas que se acercaban a Dios.”

 

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