Líderes de una secta ufológica pervierten las verdades del cristianismo hasta provocar el suicidio colectivo de inocentes

31 de marzo de 2022

Jesucristo, los milagros, la Biblia, la historia de la salvación y otras realidades de la fe cristiana, son deformados y vaciados de significado en las sectas del entorno New Age. Llegan al extremo de inducir al suicidio de sus seguidores.

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Ciertos sistemas de creencias, como los milenaristas, algunos de la ufología y otros de la New Age, se consolidan en sectas que agreden la fe de las personas, ofenden a Dios, son una burla al don del intelecto e incluso amenazan la vida humana.

 

Los postulados de las sectas ufológicas por ejemplo, pervierten incluso las verdades del cristianismo, presentando a las tres personas de la Santísima Trinidad como seres extraterrestres o 'superiores'. Otras de estas sectas -como la Cienciología-, niegan la divinidad de Jesús valorándolo solo por sus dichos y actos como un ser humano destacado.

 

Lo grave es que estas sectas no solo pervierten la verdad, dañan o destruyen la salud espiritual y mental de las personas, sino que las alientan incluso al suicidio.

 

El pasado 26 de marzo se cumplieron 25 años del suicidio colectivo protagonizado por la secta Heaven’s Gate (Puerta del Cielo). Un suceso que conmocionó al mundo entero en 1997, cuando la policía halló en una mansión de San Diego (California, EE.UU.) los cadáveres de 39 adeptos de este grupo.

 

Su líder, Marshall H. Applewhite, autodenominado “Do”, había convencido a sus seguidores de que, oculta tras la cola del cometa Hale Bopp, que por aquellos días fue especialmente visible desde la Tierra, venía una nave extraterrestre… en la que podrían escapar del cataclismo inminente. Para ello no sólo bastaba con pertenecer a la secta: era necesario deshacerse del "envase". Es decir: de su cuerpo. Y el desenlace fue el suicidio colectivo.

 

Un sincretismo propio de la Nueva Era

 

 

Tanto investigadores académicos como periodistas mostraron enseguida que se trataba de una "secta ufológica": un grupo en el que las doctrinas y prácticas giraban en torno a los extraterrestres y los ovnis (UFO en inglés). Efectivamente, ése era el corazón de su mensaje: llegar a la transformación personal, a la metamorfosis del ser humano, mediante el contacto con los alienígenas. Para ello, desde el nacimiento de la secta en la década de los 70 destacó por un fuerte sincretismo doctrinal, una mezcla de ideas de las más diversas procedencias.

 

Por eso, a pesar de que Applewhite (y su compañera, Bonnie L. Nettles, llamada "Ti", cofundadora de la secta y dirigente junto a él hasta que murió en 1983) siempre quiso desmarcarse de la Nueva Era (New Age), lo cierto es que su movimiento participaba de sus características.

 

Y, en este contexto, algo que ha pasado bastante desapercibido para los medios de comunicación –aunque no para la investigación académica– es la integración de temas y elementos de la tradición cristiana en el batiburrillo doctrinal de la Puerta del Cielo. Un caso que, por su proyección internacional, puede ejemplificar muy bien la deformación esotérica y gnóstica que hace la New Age de la fe en Cristo.

 

El abuso perverso de las verdades del cristianismo

 

 

Curiosamente, la página web que la secta utilizaba antes del suicidio colectivo para hacer proselitismo –cabe destacar que los adeptos se dedicaban profesionalmente al diseño web, y lograron captar a algunos neófitos en aquel incipiente Internet– se iniciaba con una imagen galáctica en la que se podía leer el siguiente mensaje: "Como se prometió, las llaves de las Puertas del Cielo están aquí de nuevo en Ti y Do (los dos OVNI) como lo estaban en Jesús y su Padre hace 2000 años".

 

Algunos estudiosos apuntan a la educación presbiteriana de Applewhite como origen de la introducción de elementos cristianos en la doctrina sincretista del grupo sectario. Algo que, además, servía para atraer a más gente en un contexto –los EE.UU.– con un peso innegable del cristianismo. No es casualidad que, para presentar el retrato de un extraterrestre, el enlace en la portada de su web llevara por título "Cómo podría aparecer un miembro del Reino de los Cielos". Un buen resumen de todo lo que veremos en este artículo: terminología cristiana –en este caso, empleada por el mismo Jesús en los evangelios–, pero con un contenido muy alejado de su sentido original.

 

Un uso manipulador de la Biblia

 

 

En una amalgama doctrinal que partía de la astrología como clave de la “mística” de la New Age, enseguida introdujeron elementos de la Biblia. Para referirse a la peculiar lectura y aplicación de la Sagrada Escritura en la Puerta del Cielo, el experto Benjamin E. Zeller, en un trabajo de investigación publicado en 2010, emplea la expresión "hermenéutica bíblica extraterrestre". Utilizándola, Applewhite y Nettles (Do y Ti) construyeron una cosmovisión teológica propia… y muy alejada del judaísmo y el cristianismo.

 

Desde sus pasos iniciales, allá por 1975, la secta utilizaba con frecuencia citas bíblicas para apoyar sus extrañas ideas. Según Zeller, los primeros adeptos que iba reclutando el nuevo movimiento lo hacían cautivados por "un mensaje que era firmemente bíblico, aunque interpretado a través de las lentes particulares de los fundadores".

 

En concreto, su interpretación de la Biblia vino marcada por las convicciones metafísicas básicas sobre las que se asentaba el delirio que compartían: existe vida extraterrestre inteligente en otros planetas, cuyos habitantes han interactuado con los seres humanos a lo largo de la Historia –algo que continúa en el presente y lo hará en el futuro–, y los textos sagrados de la tradición judeocristiana contienen un registro de algunos encuentros importantes entre alienígenas y terrícolas.

 

A diferencia de lo que sucede en la mayoría de sectas ufológicas, "los fundadores y miembros de la Puerta del Cielo utilizaron la Biblia para explicar sus creencias, atraer miembros, defender sus posiciones religiosas y, en última instancia, racionalizar el dejar atrás sus cuerpos terrenales", en palabras de Keller. Un buen ejemplo de los extremos a los que puede llevar una lectura descontextualizada e irracional de la Sagrada Escritura, que es la que se lleva a cabo en muchos contextos sectarios.

 

Una selección interesada de pasajes bíblicos

 

 

En el núcleo de esta interpretación distorsionadora de la Biblia, propia de la Nueva Era (y derivada de su raíz teosófica), está la insistencia en verla no como un encuentro entre Dios y su pueblo en clave de revelación con vistas a la salvación, sino como una enseñanza espiritual para la evolución, transformación y autosuperación del sujeto individual. No se trata de una lectura creyente, sino esotérica.

 

Y la secta de la Puerta del Cielo no fue la primera en hacer la hermenéutica extraterrestre, sino que fue deudora de un autor cuyas obras se divulgaron por millones en todo el mundo: Erich von Däniken (n. 1935). Sus "ensayos" se hicieron populares por afirmar que las teofanías (manifestaciones o apariciones de Dios o de los dioses) en las religiones antiguas, tal como aparecen en los textos sagrados, no serían otra cosa que visitas de pobladores de otros planetas.

 

Eso es precisamente lo que inculcaron Do y Ti a sus adeptos: se dedicaron a escoger con mucho cuidado los fragmentos de la Biblia que más les interesaban para justificar sus doctrinas. Sólo utilizaban los pasajes de la Escritura que "demostraban" –siempre según ellos– las visitas extraterrestres a la Tierra… y la venida escatológica en un cercano porvenir.

 

Una imagen falsificada de Cristo

 

En el sistema doctrinal de Heaven’s Gate la figura de Jesucristo tenía un lugar central, algo lógico si atendemos a las bases bíblicas. Pero la interpretación esotérica de la secta lo identificaba como "el visitante extraterrestre prototípico", tal como resume Zeller. Como es natural, "se centraron en las enseñanzas de Jesús que creían que llevarían a una persona hacia la autotransformación". Y, para acabar, "dado que los dos fundadores se entendían a sí mismos como comprometidos en la culminación de un drama multiplanetario de salvación humana, se enfocaron en elementos textuales relacionados con el fin de los tiempos".

 

Applewhite y Nettles se centraron principalmente en el Nuevo Testamento, identificando el concepto religioso de cielo (la vida con Dios) con el cielo astronómico, y a Jesús con un ser extraterrestre venido de un lugar del espacio más evolucionado, el "Siguiente Nivel" (Next Level). Cristo habría descendido desde allí en su Encarnación, y allí habría retornado tras su Ascensión. Por eso, las enseñanzas de la secta consistían en cómo entrar en ese Reino de los cielos, en ese Siguiente Nivel.

 

La transformación a imagen de Cristo: un proceso químico

 

 

Benjamin E. Zeller explica con gran lucidez cómo la interpretación bíblica de Do y Ti (ambos en la imagen arriba) caía en el más burdo materialismo, al enseñar que el cielo no era "un plano espiritual de existencia, sino literalmente otro mundo. Sus habitantes poseían cuerpos físicos que presentaban composiciones químicas y biológicas, aunque dichos cuerpos trascendían las limitaciones biológicas de la vida terrenal, como el sustento, la reproducción sexual y la muerte".

 

Las enseñanzas de Jesús sobre el desprendimiento de los bienes terrenos fueron aprovechadas por estos líderes sectarios para justificar el rechazo a todo lo material… incluido el propio cuerpo. Para asemejarse a Cristo y participar en su metamorfosis física era necesario "trascender" la vida terrena y desarrollar un nuevo cuerpo extraterrestre. Sólo así podrían los adeptos entrar en el Reino de los cielos, ya que éste, como hemos visto, lo entendían en un sentido físico, material.

 

En los escritos de Heaven’s Gate está ausente cualquier lectura sobrenatural de la resurrección. Por el contrario, la entendían como un proceso puramente químico y biológico de transformación del ser humano en un ser extraterrestre que pasará a habitar en otro lugar físico, en el espacio exterior. En esto consistiría, en último término, la salvación de la persona.

 

Escatología, suicidio y naves espaciales

 

 

El desarrollo de estas ideas seguía su lógica: llegaría un momento en el que todo el mundo descubriría la verdad de lo predicado por la secta. Habría un fin de los tiempos, tal como muestra la Biblia… pero con una lectura extraterrestre. En concreto, Do y Ti serían los "dos testigos" de los últimos días de los que habla el libro del Apocalipsis.

 

Siguiendo algunas interpretaciones protestantes fundamentalistas que hablan del "rapto" de los creyentes por parte de Dios, los líderes de la Puerta del Cielo fueron dando forma a una convicción peculiar: un día los adeptos serían llevados al cielo… por una nave espacial, obviamente. Podrían acceder, así, a la forma más evolucionada de existencia. Para ello sería necesario deshacerse de sus "envoltorios terrenales". La llegada del cometa Hale Bopp en 1997 fue visto como el acontecimiento tan esperado. Y la conclusión fue la tragedia de la que se cumple ahora un cuarto de siglo: un suicidio colectivo para alcanzar el "Siguiente Nivel".

 

La "hermenéutica bíblica extraterrestre", utilizando la expresión de Zeller, no se limitó a Heaven’s Gate, sino que es algo común a otras sectas y corrientes esotéricas. Y más allá, porque diversos libros y producciones audiovisuales –sobre todo documentales– con una pretensión supuestamente divulgativa, pero con unos métodos carentes de todo rigor histórico y documental, acostumbran a afirmar que todos los hechos sobrenaturales o inexplicables que aparecen en la Biblia se deberían no a la acción de Dios, sino a la intervención de los alienígenas.

 

Una forma muy hábil, pero demasiado evidente, de intentar socavar las bases de la fe cristiana. La incultura creciente, sin embargo, les da una importancia e impacto que dichos subproductos culturales no tienen en sí mismos. Y las consecuencias, en algunos casos, pueden ser –tanto para el alma como para el cuerpo– tristemente letales.

 

 

 

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