Milagro de amor: La devoción por la Adoración Eucarística de una joven norteamericana es fuente de conversiones

27 de mayo de 2022

"Ese ha sido nuestro objetivo con la adoración: conseguir que la gente venga", dice con una sonrisa. "Estamos un paso más cerca de hacer que el cielo esté lleno".

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El poder de una invitación caló hondo en Celia Boring, conmoviendo a esta joven de 18 años hasta las lágrimas. Estudiante del Roncalli High School de Indianápolis (USA), Celia había ido a su retiro de fin de curso, durante el cual hizo nuevos amigos, se acercó a viejas amistades y descubrió que, más que nada, quería una amistad con Dios.

 

Con la esperanza de crecer en esa amistad con Dios, Celia se puso como objetivo para su último año pasar más tiempo con él en oración, incluyendo llegar temprano cada miércoles por la mañana para la adoración eucarística en la capilla del Roncalli.

 

“Me ayuda a estar más abierta a una relación con Dios”, testimonia Celia en crónica publicada por el Semanario digital de la Arquidiócesis de Indianápolis y añade: “Me doy tiempo para escuchar y rezar a Dios en busca de respuestas cuando me siento perdida, y tomo ese tiempo para agradecerle todo lo que me ha dado. Cualquier ansiedad, preocupación o dificultad que tenga desaparece al instante, ya que puedo centrarme plenamente en Dios a través de la Eucaristía consagrada".

 

El poder transformador que ocurre en la Adoración

 

Por mucho que ese tiempo signifique para ella, Celia también se dio cuenta de que había pocas personas para la adoración en las primeras semanas del año escolar. Así que empezó a invitar a sus amigos, queriendo que experimentaran el mismo "poder transformador de la oración en la presencia de Cristo". Y después de que sus amigos vinieran, empezaron a invitar a otros amigos. Todo llevó a un momento que todavía la conmueve meses después.

 

"Suelo sentarme en el primer banco. Al final de la adoración de ese día, me di la vuelta y vi que la capilla estaba llena", recuerda Celia, miembro de la parroquia Santa Rosa de Lima de Franklin. "Fue muy impactante verlo. Se levantan y vienen aquí porque quieren, no porque alguien se los ordena. Me conmovió hasta las lágrimas".

 

Que el cielo esté lleno

 

Esa afluencia constante de fe ha continuado a lo largo del año escolar, dando a Celia "un sentimiento abrumador de alegría" porque cree que la experiencia de la adoración es aún más poderosa cuando "estás rodeado de otros que comparten la misma fe firme e inquebrantable que se fortalece a través de la Eucaristía."

 

Mientras habla del impacto de la adoración eucarística, Celia lleva una sudadera cosida con una frase que se ha convertido en un objetivo para su último año y su vida: "Hacer que el cielo esté lleno".

 

"Ese ha sido nuestro objetivo con la adoración: conseguir que la gente venga", dice con una sonrisa. "Estamos un paso más cerca de hacer que el cielo esté lleno".

 

 

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