El padre Mike Schmitz, sacerdote católico estadounidense que en su juventud "odiaba a la Iglesia", es hoy capellán universitario y predicador digital de renombre internacional. Hace unos días hizo una conmovedora propuesta a los católicos de Sidney para que centren sus esfuerzos en hacer nuevos discípulos a través de encuentros personales con la familia y los amigos o se arriesguen a fallarle a las futuras generaciones en lo que respecta a la fe.
El Padre Mike se dirigió a cientos de católicos en una presentación en línea el sábado 28 de mayo, "¿Por qué hacer discípulos? Lo que nuestra tradición nos dice sobre la llamada y la formación de discípulos", como parte de la serie Reclaiming Evangelisation, organizada por el Centro de Evangelización de Sydney.
El P. Mike ha sido aclamado internacionalmente por su podcast "La Biblia en un año", que guía a sus oyentes a través de toda la Biblia en 365 episodios con comentarios, reflexiones y oraciones para acompañar cada episodio.
En su presentación a los católicos de Sydney, el padre Schmitz destacó la importancia crítica de la evangelización para el futuro de la Iglesia.
"Muchas de nuestras iglesias están construidas en terrenos increíbles, con edificios increíbles y con una tecnología potencialmente increíble, pero si al final del día, la Iglesia no produce discípulos, la Iglesia es un fracaso porque Jesús nos dio la gran comisión de ir a hacer discípulos", explicó el sacerdote de Minnesota.
"Al igual que una fábrica de zapatos que no hace zapatos es un fracaso, la Iglesia católica es un fracaso como Iglesia si no hace discípulos".
El padre Mike Schmitz dijo que la experiencia de innumerables generaciones de católicos ha demostrado que el encuentro personal es fundamental para el discipulado y cree que, por lo tanto, es vital ganarse la confianza de un posible católico antes de poder evangelizarlo con éxito. Se refiere a este proceso como una fase de pre-evangelización.
"El Evangelio no avanzará desde un escenario, sino que lo hará a través de la familia y las amistades. Así que hay que hacer discípulos allí donde se encuentran", explica el padre Mike.
"Ninguno de nosotros tiene que esperar el permiso de nadie para compartir el Evangelio. No tienes que escribir a tu obispo y preguntarle '¿puedo compartir el Evangelio con mi vecino?
Así que la pregunta es si quieres hacerlo, no si eres santo para compartir el Evangelio con los demás".
"Y este mensaje se refleja también en la encíclica del Papa Benedicto XVI Deus Caritas Est (Dios es amor) en la que subraya que el cristianismo no es el resultado de un ideal elevado, es la consecuencia de tener un encuentro con una persona, Jesús, que cambia la trayectoria de la propia vida, le da un nuevo horizonte y la pone en una dirección decisiva", añadió.
El P. Mike Schmitz subrayó que el camino hacia el discipulado no siempre es fácil y que inevitablemente implica que el creyente salga de su zona de confort personal para servir al Señor.
"Un discípulo es alguien que está dispuesto a cambiar su agenda para acercarse a Jesús. Si no estoy dispuesto a cambiar mi calendario o mi horario en mi vida diaria para acercarme a Jesús, puedo creer en Jesús, pero no soy un seguidor de Jesús. Esa debería ser la matriz del discipulado".