Papa Francisco reitera llamado a respetar la dignidad de cada ser humano

17 de agosto de 2019

No somos números. Cristo murió por cada uno de nosotros, para afirmar que somos "únicos e irrepetibles", volvió a proclamar el Pontífice.

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Con ocasión del XL Encuentro de Amistad entre los Pueblos (Rimini, Italia), el Papa Francisco envió un mensaje en el que saluda a los organizadores, voluntarios y participantes.

El Papa resaltó que el tema escogido para este año, "Tu nombre nació de lo que viste", está tomado de un poema de San Juan Pablo II, que hace referencia a la Verónica, que se abre paso entre la multitud para secar el rostro de Jesús en el camino de la cruz (K. Wojtyła, "III. El nombre", en Id, Tutte le opere letterarie, Milán 2001, 155).
 
También hizo memoria del Siervo de Dios Don Luigi Giussani  quien comentaba este versículo poético de la siguiente manera: "Imaginemos la multitud, Cristo pasando con la cruz, y ella mirando a Cristo y abriendo un hueco entre la multitud al mirarlo. Todo el mundo la mira. Ella que no tenía rostro, era una mujer como las demás, adquirió un nombre, es decir, rostro, personalidad en la historia, por lo que todavía la recordamos, por lo que miraba. Amar es afirmar al otro" (La convenienza umana della fede, Milán 2018, 159-160).

Únicos e irrepetibles

El Papa Francisco ha profundizado esa reflexión, reiterando su permanente llamado a velar por la dignidad humana que se funda en ser creaturas e hijas-os de Dios:
 
“Cristo nos amó, dio su vida por nosotros, por cada uno de nosotros, para afirmar nuestro rostro único e irrepetible. Pero, ¿por qué es tan importante que esta proclamación resuene de nuevo hoy? Porque muchos de nuestros contemporáneos caen bajo los golpes de las pruebas de la vida, y se encuentran solos y abandonados. Y a menudo son tratados como números en una estadística. Piensa en los miles de personas que huyen de las guerras y la pobreza todos los días: ante los números, son rostros, personas, nombres e historias. Nunca debemos olvidar esto, especialmente cuando la cultura de los residuos marginados discrimina y explota, amenazando la dignidad de la persona”.
 

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