Presidente de los exorcistas: "Las acciones del diablo contra la Iglesia se manifiestan donde falta la caridad"

04 de octubre de 2018

Padre Francesco Bamonte, exorcista que lidera la Asociación Internacional de Exorcistas, valora la convocatoria del Papa a luchar contra el demonio cuidando la caridad, la misericordia y orando con el rosario.

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Roma (Agencias). La última semana de septiembre cientos de sacerdotes exorcistas venidos de todos los continentes celebraron su habitual encuentro bianual en Sacrofano, un pequeño pueblo a 40 kilómetros de Roma.

En un saludo enviado por el Papa a los exorcistas, el Vicario de Cristo los llamó “buenos samaritanos”, por  “aliviar y curar las heridas causadas por la obra del maligno, que, presente en diferentes formas en la vida de muchas personas, hace que la existencia diaria sea dramática y más agotadora".

Tras finalizar dichas actividades, el pasado 29 de septiembre, el presidente de la ‘Asociación Internacional de Exorcistas (AIE)’, padre Francesco Bamonte, valoró la convocatoria que ese mismo día hizo el Papa a orar un rosario diario durante octubre, invocando la mediación de la Virgen y San Miguel arcángel, pidiendo a Dios “defienda de los ataques y trampas del maligno a la iglesia”.

P. Bamonte no se mostró extrañado por este particular llamado del Papa, destacando que: “Si el Papa Francisco, insiste tanto en advertirnos contra la falta de caridad y misericordia es porque en estos frentes el diablo lo está haciendo bien (…) La invitación del Papa de dirigirnos a la Madre de Dios y a San Miguel no está motivada únicamente por el deseo de aumentar la devoción popular hacia ellos, sino por el hecho de que el Sucesor de Pedro reconoce y conoce las situaciones en las que es necesario invocar la intervención divina, ya que, contra la acción diabólica, las solas fuerzas humanas son completamente insuficientes".

Con cinco décadas sirviendo como exorcista y al presidir una Asociación que acoge las experiencias de cientos de sacerdotes, padre Francesco confía plenamente en el liderazgo espiritual del Papa en la batalla contra la acción de los demonios. “…El Papa Francisco -puntualiza Bamonte-, como cualquier buen centinela, no se abstiene de decirnos lo que ve. Sus advertencias, sus llamadas, denuncian con frecuencia los atentados contra la caridad y contra esa forma de caridad que es la misericordia. Y eso debería darnos mucho en qué pensar. El signo más inquietante para mí de la apostasía es aquel del que habla Jesús en el Evangelio de Mateo cuando dice: «Y al crecer cada vez más la iniquidad, la caridad de la mayoría se enfriará». La atención del Sucesor de Pedro hoy se dirige precisamente a estas señales de la acción diabólica…”
 
Cuando se le pregunta si los abusos sexuales, de poder y conciencia de algunos sacerdotes demuestra que estos no son inmunes a la acción del maligno, padre Bamonte responde que “nadie es inmune a la acción ordinaria del demonio, que es la tentación”. Independiente de la edad y de la condición de vida que se tenga -agregó el líder de los exorcistas del mundo- todos sin distinción son llamados a “luchar” contra las tentaciones, “luchar” por contrarrestar la acción del diablo.
 
En este contexto Bamonte se une al llamado del Papa Francisco a rezar todos los días de octubre el rosario. Y respecto del por qué el Pontífice ha sugerido se ore además la invocación "Sub Tuum Praesidium" y la oración a San Miguel Arcángel, Bamonte responde:

“No porque sean fórmulas mágicas, sino por la excelencia de las personas a las que van dirigidas y por la misión especial que cada una de ellas, a saber, Nuestra Señora y San Miguel, tienen para con la Iglesia y cada uno de los fieles. En cuanto a la elección de las palabras, el "Sub Tuum Praesidium" representa la más antigua invocación mariana conocida y es muy adecuado, en el sentido de los términos que la componen, para expresar las convicciones y sentimientos que los fieles deben tener cuando se ponen a sí mismos y a la Iglesia bajo el manto protector de Nuestra Señora, para que seamos preservados de los ataques del maligno, que es el gran acusador, y al mismo tiempo seamos cada vez más conscientes de las faltas, de los errores, de los abusos que se cometen en el presente y en el pasado, comprometiéndonos a luchar sin vacilaciones para que el mal no prevalezca. En cuanto a la oración a San Miguel Arcángel, para responder adecuadamente a la razón de su empleo, debería citar íntegramente el discurso que el Papa Juan Pablo II dirigió al pueblo de Monte Sant'Angelo, en el Gargano, el domingo 24 de mayo de 1987. Me limitaré a recordar las últimas palabras que el Papa pronunció en aquella ocasión: «Todo el mundo recuerda la oración que se recitaba hace años al final de la Santa Misa:'Sancte Michaël Archangele, defende nos in proelio'; en breve, la repetiré en nombre de toda la Iglesia». Nótese bien, dijo el Papa: La repetiré en nombre de toda la Iglesia".

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