“Ilumina el mundo”: proselitismo de una astuta secta para Adviento y Navidad

08 de diciembre de 2021

Tras una cuidada campaña publicitaria que subraya actitudes y valores cristianos está la entidad conocida como Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días… que tiene una visión nada cristiana de Jesús.

Compartir en:

 

 

Como viene sucediendo en los últimos años, desde el mes de noviembre circulan por Internet –y especialmente en las redes sociales, donde son compartidos por millones de personas en diversos idiomas– mensajes, imágenes y anuncios con el lema “Ilumina el mundo” (Light the World). Usando una iconografía cristiana reconocible, presentan contenidos relacionados con el Adviento y la Navidad de una notable calidad gráfica, por lo que su difusión está asegurada entre los creyentes en Jesucristo y otras muchas personas.

 

Cada campaña anual tiene unos acentos característicos, y en 2021 llaman a "Iluminar el mundo con amor". Como siempre, el elemento principal es un vídeo muy bien trabajado (y que algunos años ha conseguido hacerse viral, con un gran éxito). Este año, el vídeo, en poco más de un minuto de duración, se dirige al espectador de forma explícita: "Forma parte de la historia más grande jamás contada", dicen. ¿Quién no se puede sentir atraído por una llamada así de directa? Sobre todo, cuando aparecen escenas que llaman a la generosidad y la misericordia, imitando a Jesús.

 

La secta que está detrás

 

 

Al final del vídeo –al igual que en el resto de materiales– se indica la página web de la campaña… y la filiación institucional: la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días (IJSUD), secta de impronta cristiana nacida en los EE.UU. en el siglo XIX por obra del visionario Joseph Smith, autoproclamado profeta que dijo recibir una nueva revelación de Dios, puesta por escrito en El Libro de Mormón. Otro testamento de Jesucristo. Por eso sus miembros son popularmente conocidos como "mormones".

 

Este año, en la comunicación institucional de la iniciativa, los mormones recogen unas declaraciones de Marcus B. Nash, miembro de los Setenta (grupo de dirigentes de la IJSUD): "Jesucristo es la luz del mundo. Los que lo siguen viven con luz, gozo y esperanza, incluso en tiempos oscuros (Juan 8:12). Al recordar Su nacimiento en esta temporada navideña, recordemos también Su vida ejemplar y las cosas que Él nos enseñó".

 

Este líder mormón añade, entre otras cosas, que "podemos sostener Su luz haciendo lo que Él hizo: amar a Dios y amar a nuestro prójimo". También declara: "Invitamos a todos, en todas partes, a unirse a nosotros para celebrar Su nacimiento y para iluminar el mundo con amor". Por eso la campaña incluye una especie de calendario de Adviento que sirve para plantear acciones concretas para cada día de diciembre, antes de que llegue el día de Navidad.

 

¿Hay, entonces, algún problema? Los no mormones podrían aprovechar estos recursos, compartir el vídeo –como se insiste en la web de la campaña–, poner en práctica los consejos de “servicio diario” que se plantean para conseguir un mundo mejor… Daría igual la procedencia, porque al final todo redundaría en buenas obras y difusión del carácter cristiano de la Navidad. Pero las cosas no son tan sencillas, ni debemos fiarnos de las apariencias.

 

En Navidad: ¿Qué celebran los mormones?

 

 

No debemos olvidar lo dicho por el élder Nash (en la IJSUD llaman "élder" [anciano] a sus autoridades generales y a sus misioneros varones): "invitamos a todos, en todas partes, a unirse a nosotros". Sí, se refiere en concreto a unirse a la celebración de la Navidad y al comportamiento altruista… pero con ellos, con los mormones.

Por eso, la primera pregunta que cabe es: ¿qué celebran los mormones en Navidad? Si le preguntamos a cualquiera de ellos, la respuesta es muy sencilla: el nacimiento de Jesucristo, el Hijo de Dios. Lo que celebran todos los cristianos del mundo, sean de la confesión que sean. Parece, entonces, que las sospechas y precauciones ante la IJSUD estarían fuera de lugar, e impedirían una vivencia abierta y ecuménica de la Navidad.

 

Sin embargo, cualquier persona avisada debería hacer una pregunta más: para los mormones, ¿quién es ese "Jesucristo, el Hijo de Dios" cuyo nacimiento dicen conmemorar en Navidad? No es una cuestión sin importancia, sino de fondo: ¿quién es Jesús en las enseñanzas de la IJSUD? El primero de sus Artículos de Fe dice: "Creemos en Dios, el Padre Eterno, y en su Hijo, Jesucristo, y en el Espíritu Santo". ¿Esto responde a la pregunta? Da la impresión de una fe tradicional en el dogma de la Santísima Trinidad y, por tanto, en la divinidad de Jesús. Y cualquier mormón nos corroboraría ambos dogmas. Pero, si profundizamos, la realidad es otra.

 

Un Jesús diferente… ¡uno de muchos dioses!

 

 

Los mormones defienden con vehemencia que sus doctrinas son plenamente cristianas, y así se presentan ante todas las confesiones cristianas, aunque dejan claro, de entrada, que junto a la Biblia ("hasta donde está traducida correctamente") creen que "el Libro de Mormón es la palabra de Dios", según su octavo Artículo de Fe. Lo que ya separa radicalmente a la IJSUD del cristianismo, al aceptar una supuesta revelación divina al menos del mismo valor que la Biblia (aunque, en el fondo, ésta queda subordinada a aquél).

 

Yendo al núcleo doctrinal de los mormones, que procuran no mostrar a los potenciales neófitos, y que van desvelando progresivamente, nos encontramos con una concepción de la divinidad que deviene politeísmo. Sí: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo tienen carácter divino… porque son tres dioses diferentes. Casados con varias diosas cada uno de ellos. Y los mormones pueden alcanzar esa deificación en la gloria futura. Una cantidad de dioses incontable.

 

Por parte de la Iglesia católica, esto quedó claro cuando en el año 2001 la Santa Sede rechazó la validez del bautismo mormón, ya que su fórmula trinitaria no responde a una comprensión correcta del dogma de la Trinidad. Un artículo del teólogo Luis F. Ladaria explicaba esto con detalle en L’Osservatore Romano: para la IJSUD, en realidad las personas de la Santísima Trinidad son "tres dioses que forman una divinidad. Cada uno es diferente del otro".

 

Pero no se trata de un juicio hecho exclusivamente desde la parte católica. Los evangélicos han alertado siempre sobre esta fuerte diferencia de la enseñanza mormona con respecto a la fe cristiana. Veamos dos ejemplos recientes. Antonio Cruz, biólogo y teólogo evangélico español, escribía en 2020 en Protestante Digital: "a los mormones no les gusta que se les incluya entre los politeístas, pero lo cierto es que creen en millones de dioses, aunque sólo adoren a uno principal".

 

Por su parte, Wayne A. Grudem, en la segunda edición de su obra Teología Sistemática (publicada en 2021), escribe: "el politeísmo mormón es muy diferente de la creencia cristiana en el único Dios verdadero de la Biblia”. Por eso concluye: “el mormonismo no es una versión diferente de la fe cristiana, sino una religión por completo distinta".

 

Hay que estar atentos porque, jugando con la confusión –y con el desconocimiento general sobre sus enseñanzas más internas–, la IJSUD pretende extenderse en todo el mundo aprovechándose también de la buena voluntad de la Iglesia católica y otras confesiones cristianas, tal como avisó hace tiempo Portaluz en un reportaje. En unas ocasiones, a través de iniciativas solidarias o culturales. Y en otras, como pasa ahora, con la promoción del Adviento y la Navidad, un buen anzuelo proselitista.

 

 

Compartir en:

Portaluz te recomienda