"¡A cambiar el mundo con las pequeñas cosas de cada día!" alienta el Santo Padre, Papa Francisco

02 de junio de 2017

"Escuchen: recen por todos; recen por sus amigos y por sus enemigos, por los que los hacen sufrir".

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"Rezar por todos, también por nuestros enemigos, como nos enseña Jesús para cambiar el mundo, empezando por las cosas pequeñas de cada día", propone el Papa.

En un clima hogareño de alegría y entusiasmo, afrontando también temas sobre el sufrimiento, el Papa Francisco dialogó con más de seis mil chicos y chicas de escuela secundaria de Italia, que participan en la experiencia educativa cristiana denominada “Los Caballeros de San Esteban que buscan el Grial", nacida en el Movimiento de Comunión y Liberación. También había grupos que llegaron de España, Portugal, Francia y Suiza. Así como otros se unieron, en conexión desde Paraguay y Brasil.

«Cambiar el mundo con las pequeñas cosas de cada día, con la generosidad, con el compartir, escuchando a los demás y creando actitudes de hermandad», dijo el Santo Padre, Papa Francisco.

Una vez más  el Papa escuchó algunas preguntas y luego respondió. Como cuando  Giulia le preguntó ¿cómo los chicos, los jóvenes, pueden cambiar el mundo?, respondió:

«Nunca responder al mal con el mal. Nunca. ¿Me haces daño? ¿Y qué nos ha enseñado Jesús sobre ello? Escuchen: recen por todos; recen por sus amigos y por sus enemigos, por los que los hacen sufrir. Y Jesús dice: ‘Como el Padre nuestro que está en el Cielo, hace salir el sol sobre los buenos y sobre los malos’. Sí, rezar por todos. La oración por todos y no para desear el mal contra los demás. Así se puede cambiar el mundo. No hay varilla mágica, sino que son las cosas pequeñas de cada día, que tenemos que aprender.
Ante ciertas situaciones de dolor, no todo se puede explicar en la vida. Sentimos el amor de Dios gracias a los que nos acompañan en el sufrimiento", enseña el Vicario de Cristo.

Mirar al Crucificado. El amor de Dios ante el sufrimiento

Como Tanio, que en su joven edad ha conocido mucho dolor. Fue abandonado cuando tenía un mes de nacido, luego falleció la mamá que lo había adoptado, así como también murieron sus  abuelitos adoptivos. Y le preguntó al Papa... ¿cómo sentir que el Señor nos ama, en medio de tanto sufrimiento?...

«Sólo encontrarás alguna explicación, no al por qué sino al para qué, en el amor de aquellos que te acompañan en tu sufrimiento», le dijo el Santo Padre, añadiendo que algunas preguntas no se pueden responder con palabras, como si fuera un teorema matemático:

«En la vida -continuó diciendo el Pontífice- hay preguntas y situaciones que no se pueden explicar. Una de ellas es la que tú me has preguntado, sobre tu sufrimiento. Pero detrás de ello, siempre está el amor de Dios. Y ¿cómo lo explicas?  No se puede explicar. Yo no puedo explicarlo. Y si alguien te dice: ‘ven que te lo explico’, duda. Sólo te harán sentir el amor de Dios aquellos que te sostienen, que te acompañan y te llevan adelante».

 

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